Llegar al “tercer piso” es, tanto por circunstancias sociales como por otras físicas, el principio de la edad adulta ya con todas las responsabilidades que implica, pues esta década suele ser en la que, por un lado, muchas parejas contraen matrimonio, se llega a una mayor prosperidad laboral y se tiene hijos, mientras que, por la parte fisiológica, el metabolismo inicia una leve desaceleración que se irá incrementando con el pasar de los años, llevándonos hacia la vejez.
Esto, sin embargo, no quiere decir que nos encontremos ante el principio del fin, sino que es un buen momento para poner manos a la obra y no relajar demasiado el ritmo de vida, pues gran parte del envejecimiento deriva de la disminución de la actividad física, el sedentarismo y los malos hábitos que vamos acumulando a lo largo del tiempo.
Pensando en ello, te presentamos tres consejos con los que puedes prolongar tu imagen y energía de veinteañera aún con la gran cantidad de obligaciones con las que debes lidiar en esta nueva etapa de tu vida.
1. Aliméntate sanamente
El dicho “eres lo que comes” es cierto a los 30 y siempre, por lo que, aún cuando pueda resultar obvio, es preciso mencionar que una dieta sana es pieza fundamental en el estado de la salud y que, no obstante, en ocasiones es difícil de cumplir debido al ritmo de vida.
En un estudio de la Universidad de Northwestern, en Chicago, se demostró que los nuevos padres aumentan entre 1.6 y 2 kilogramos de peso con la llegada del bebé, esto a causa, entre otras cosas, de la alimentación deficiente debido a la falta de tiempo para cocinar y el incremento en el consumo de comida procesada. Este fenómeno, aunado al aumento de responsabilidades laborales y mayor sedentarismo, hacen más importante ahora que nunca cuidar lo que nos llevamos a la boca.
2. Equilibra tu vida laboral y personal
El estrés laboral es un padecimiento común en varios países del mundo, siendo México uno de los que tienen una tasa más alta con un 75% de trabajadores afectados por esta condición de cansancio mental, según datos de la OMS.
Esta circunstancia altera el comportamiento del organismo, debilitando el sistema inmunológico y haciéndolo más propenso a problemas coronarios, hipertensión, diabetes y a padecer sobrepeso, como revela una investigación de la British Heart Foundation del Colegio Universitario de Londres.
Así, es mejor darse tiempo para todo y buscar, en la medida de lo posible, una mayor flexibilidad laboral para que el trabajo no lo sea todo en la vida y podamos disfrutar con la pareja, los hijos, hacer ejercicio y realizar actividades recreativas que, en conjunto, nos darán una sensación de bienestar y mejor calidad de vida.
3. Deja atrás los malos hábitos
Fumar, beber en exceso y quedarse despierto hasta altas horas de la madrugada son cosas que ya empiezan a cobrar factura cuando cumplimos nuestra tercera década. Y es que más allá de que la resaca sea más intensa que antes y el malestar pueda durarnos hasta un par de días, lo que sucede es que dormir poco y consumir sustancias nocivas merma significativamente al organismo, al grado de que puede incluso reducir la expectativa de vida.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en uno de sus informes con motivo del Día Mundial de la Salud, afirma que gran número de las enfermedades no transmisibles que se padecen en la vejez son a causa de malos hábitos durante etapas anteriores, por lo que es preciso tomar conciencia y mantener prácticas en pro del cuidado del cuerpo a partir de los 30 y no ya cuando surgen los primeros síntomas a los 50 o 60 años.
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